Cinco fueron las ermitas granjeñas que siglos atrás satisfacían las necesidades espirituales de los vecinos del pueblo: San Bartolomé en la aldea de los Rubios, la Magdalena, el Cristo del Humilladero, San Juan Bautista y San Sebastián o los Mártires.

A diferencia de las expuestas, la dedicada a la Magdalena si se mantiene en pie. Su edificación puede fecharse a finales del siglo XVI, siendo recogida por primera vez en los Libros de Visitas del año 1604. Se trata de una construcción sobria y austera, con una fachada desnuda en la que destaca la puerta de acceso, envuelta en un estilizado arco apuntado de herencia medieval y una pequeña espadaña con esquilón, arco de medio punto y frontón triangular.

Características

Ubicación