Cambiando radicalmente de situación y de paisaje, este segundo paseo recorre las estribaciones de Sierra Morena, pasando del límiete con Peraleda del Zaucejo al límite con La Cardenchosa -Azuaga-. Este rincón es tal vez más ameno para el amante de la naturaleza que no presta tanta atención a la diversidad botánica, como en el caso de la ruta 1.

Partiendo de Granja de Torrehermosa, tomamos el camino de La Cardenchosa, que puede hacerse bien en coche -para los menos deportistas- o mejor en bicicleta, para disfrutar plenamente del recorrido. Es éste un camino que nos enseña el final de las tierras de cereales, para llevarnos a las zonas adehesadas de las estribaciones de sierra morena, mostrándonos unos kilómetros de transición donde se alternan ambos ecosistemas.

En estos primeros kilómetros, disfrutamos de la compañía de Aguilichos cenizos y cernícalos, y ya donde el cereal va dando paso al arbolado, la compalía se enriquece con especies como el cromático Pito real -Picus viridis- los rabilargos -Cyanopica cyana-, algún alcaudón, tanto real -Lanius meridionalis-, como común -Lanius senator-, multitud de pequeños pajarillos como herrerillos -Parus caeruleus-, carboneros -Parus major- y trepador azul -Sitta eurpaea- entre otros.

Tras dejar atrás los últimos tramos de cultivos de cereal, estamos en disposición de disfrutar del singular paisaje que nos brinda sierra morena, con sus interminables dehesas y una corriente casi permanente de agua.

El elegido es el arroyo Juncoso, a 8 km. de Granja de Torrehermosa, y cruzada por el camino que llevamos y que hasta ahora no habremos abandonado.

Una vez en el puente que lo cruza, tenemos dos opciones, o bien emprender camino aguas arriba -de gran belleza, pero sin duda de un moderado grado de dificultad-, o bien aguas abajo -de similar belleza pero más asequible a la mayoría de los caminantes-.

Optaremos por la segunda ruta: aguas abajo, que además de resultar más fácil, se une la presencia de una chopera, que cuando menos, se puede considerar rara por estas tierras de la Campiña Sur.

Comenzamos el camino partiendo por el margen derecho del arroyo, donde se funde vegetación típica de dehesas, enriquecida aquí más que en otros lugares con retama -Retama sphaerocarpa-, con una vegetación que adeuda su presencia al pequeño chorro de agua. Vegetación dominada por la Adelfa, juncos, rosales silvestres, zarzas, un sinfín de plantas acuáticas como ranúnculos, espadañas, cañas y lo más sorprendente: la presencia de una chopera que le da un particular encanto a este paraje. El paseo se complementa además con multitud de flores en primavera y con una geología que con sus caprichos hace del discurrir del agua un pequeño espectáculo donde estrechas y pizarrosas acequias naturales acaban formando unas pocetas con insuficiente tamaño para un chapuzón, pero que sirven de lugar de concentración sobre todo de una importante variedad de anfibios.

Y si sabemos escuchar la naturaleza, nos puede deleitar el tamborileo de algún Pájaro carpintero -Dendrocopos major-, lo cual puede ser la guinda del paseo, rematando el descanso en la hermosa sombra de esas raras choperas sureñas. En este punto aconsejamos cruzar a la otra orilla para deshacer lo andado sin dejar de disfrutar del paseo: buitres leonados, ratoneros, milanos, golondrinas daúricas, abejarucos, mirlos, serán nuestra compañía; unos los veremos con un poco de suerte, y otros sólo en ciertas épocas, pero siempre de agradecer.

Características

Ubicación